miércoles, 16 de noviembre de 2011

NECESIDADES EDUCATIVAS EN EL AULA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO.

MONICA MARIA MARTINEZ FERNANDEZ


RESUMEN
Se han presentado muchas controversias frente a la atención de los estudiantes con NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES en el aula de clase regular.  No solo las actitudes de los docentes sino también las políticas educativas y los procesos de atención terapéutica se van modificando con el pasar de los años, pero es necesario definir realmente cuáles son los parámetros para que estos estudiantes sean reconocidos como seres de derecho y puedan sentirse realmente incluidos en el ambiente escolar.

En la antigüedad, las personas que presentaban cualquier tipo de discapacidad eran considerados seres demoníacos, seres a los que debía exorcizarse, encadenar o, incluso, eliminar.  La adopción legal del término Educación Especial es reciente viniendo a sustituir a otros vigentes en ciertos países que aún conservan un toque discriminatorio y negativista.  Sin embargo, la visión hacia la discapacidad ha ido transformándose, dejando atrás ese toque asistencialista, el enfoque médico y principalmente esa visión caritativa que reducía a las personas en situación de discapacidad a seres dignos de lástima y compasión.
En Colombia, desde el marco de la Constitución Política existen artículos que refieren la atención a todos los ciudadanos sin ningún tipo de discriminación, de sus derechos fundamentales y de las obligaciones del Estado a prestar una atención adecuada según sus requerimientos, sin embargo, aún es insuficiente la visión de todos los estamentos de la sociedad para brindar las mismas oportunidades a aquellas personas que presentan barreras para el aprendizaje y la participación con un enfoque inclusivo y con equidad, incluyendo por supuesto el área de la Educación.

En los últimos años del siglo XX se ha propuesto la sustitución del término Educación Especial por el de Necesidades Educativas Especiales siguiendo las recomendaciones del informe Warnock, publicado en 1978 y difundido a lo largo de la década siguiente. Esta nueva definición supone hacer énfasis en la concepción de la educación básica como un servicio que se presta a todos los ciudadanos para que alcancen sus máximas potencialidades y, por tanto, es obligación del Sistema proporcionar apoyos y medios técnicos y humanos para compensar los déficits de los estudiantes en el acceso a los aprendizajes básicos imprescindibles para afrontar la vida adulta.

Durante varias décadas los centros educativos oficiales contaron con Aulas Especiales en donde se encontraban los estudiantes que presentaban deficiencias cognitivas o algún trastorno del aprendizaje y que eran orientadas por un docente especializado pero que estaban aislados de las demás actividades escolares y no tenían contacto con los estudiantes de las aulas regulares: espacios diferentes, profesores diferentes, horarios diferentes, actividades diferentes.
Más adelante, siguiendo las orientaciones de la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) se promulga el decreto 2082 de 1996 "Por el cual se reglamenta la atención educativa para personas con limitaciones o con capacidades o talentos excepcionales" y se inicia un proceso de integración a las aulas regulares.  Este decreto es complementado nuevamente con la resolución 2565 de octubre de 2003 “Por la cual se establecen parámetros y criterios para la prestación del servicio educativo a la población con necesidades educativas especiales”. Finalmente en el año 2009 el Decreto 366 de febrero 9, "Por medio del cual se reglamenta la organización del servicio de apoyo pedagógico para la atención de los estudiantes con discapacidad y con capacidades o con talentos excepcionales, en el marco de la educación inclusiva”, atendiendo a las directrices de la ONU y la UNESCO tendientes a lograr una “sociedad para todos”.
Dentro del contexto de “La Revolución Educativa” como política del gobierno nacional, se da prioridad a la educación de poblaciones vulnerables que antes estaban excluidas del sistema educativo y se pretende cumplir la verdadera función de la Escuela como factor de desarrollo para los estudiantes, sus familias y sus comunidades.  Los entes territoriales deben entonces favorecer la presencia de los estudiantes con barreras en las aulas regulares y cada escuela enfrenta el desafío concreto de incluir a todos y no dejar a nadie por fuera.
Esto implica, necesariamente, el desarrollo de un conjunto de políticas que posibiliten una propuesta curricular pertinente y relevante que facilita el diálogo entre los diferentes niveles educativos; estrategias pedagógicas variadas y complementarias que atiendan las necesidades específicas de cada estudiante; disponer de infraestructura física y de materiales didácticos alineados con el proyecto pedagógico; apoyar permanentemente a los docentes en sus aulas para que efectivamente puedan desarrollar el currículo, y dialogar y entender las expectativas y necesidades de las comunidades y de las familias en los niveles locales.
Es este el panorama general actual de los procesos de Educación Inclusiva en Colombia. 
Sin embargo, la realidad de las Instituciones Oficiales es muy diferente: Se adelantan políticas tendientes al Mejoramiento de los procesos de una Educación con Calidad lo que exige que cada institución educativa debe generar estrategias y metodologías que permitan que los estudiantes con NEE los alcancen, estableciendo los ajustes pertinentes, pero falta aún una mayor capacitación y acompañamiento a los docentes y acciones más eficaces frente al manejo de métodos de enseñanza y adecuaciones en los procesos de evaluación que atiendan a las necesidades y le permiten al estudiante aprender más y mejor.
Y no puede dejarse de lado un asunto fundamental: la actitud.  Algunos de los docentes aun no están de acuerdo con la presencia de los estudiantes con barreras para el aprendizaje en el aula.  Siguen considerando que el Estado impone unas políticas sin dar el suficiente acompañamiento, sin asignar los recursos necesarios y sin determinar el impacto de buscar más atender a la demanda que a una verdadera educación con calidad.
Finalmente debe darse una mirada al futuro.  Las instancias mundiales proclaman una Sociedad para todos, bajo los parámetros de la Equidad, de la prioridad de los Derechos fundamentales y de actitudes de Igualdad de oportunidades.  Es hora de hacer cambio en los paradigmas culturales, de mirar al ser humano antes que a su discapacidad, de reconocer que sólo en las diferencias puede encontrarse la verdadera riqueza de la diversidad y que la Escuela es el lugar donde se fortalecen valores de tolerancia, respeto y colaboración para ser mejores ciudadanos y construir un mundo más justo. 

viernes, 11 de noviembre de 2011

"No hay mayor signo de demencia que hacer la misma cosa una y otra vez y esperar que los resultados sean distintos"
A. Einstein